Disminuye la temperatura de la superficie de los frutos evitando daño por sol (sunburn).
Mantiene la tasa fotosintética por la disminución de la temperatura de hojas, evitando
denaturación de proteínas.
Aumenta el porcentaje de fruta exportable.
Mejora la condición hídrica de los tejidos ya que ayuda a la refrigeración de los mismos, sin una
perdida excesiva de agua por los estomas.
Por su reducido tamaño de partícula, logra crear una película homogénea en fruto y hojas, sin
afectar el intercambio gaseoso, además de facilitar el lavado en postcosecha.